Perú, Colombia y Chile, los mejor preparados para una crisis Un informe del Deutsche Bank asegura que las reformas de estos años han dotado a estos tres países de herramientas más sólidas ante un eventual cambio de tendencia internacional

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Productividad e inversiones son las principales fortalezas de Perú, Chile y Colombia, las economías mejor preparadas para afrontar una eventual crisis internacional, asegura un informe del Deutsche Bank.

El reporte confirma que el aumento de las inversiones y la productividad de estas economías en la última década han permitido superar sin dificultades el impacto de la crisis de 2008.

El informe firmado por Gustavo Cañonero refleja que estos tres países han tenido un menor flujo comercial, "sin embargo, han sido capaces de mantener un sólido crecimiento de la demanda doméstica".

El manejo de la política macroeconómica de las tres economías lleva a la conclusión de que no se necesitan reformas clave, como ocurre en otros países de la región.

"Las relativamente altas tasas de inversión en estos países, de algún modo, reflejan la mejor estructura de estas economías, que siguen atrayendo el interés internacional y que crecen más rápido que cualquier otra economía en la región de manera sostenible", dice el informe publicado en América Economía.

Para el economista, la región afrontará un cambio de tendencia internacional que impactará en una desaceleración del crecimiento económico experimentado en estos años, porque la liquidez internacional comenzará a recortarse.

 

Inflación y proteccionismo: los "errores" de la década

Las buenas cifras de estas economías se contraponen con las dificultades de Brasil, la Argentina, Venezuela y, en menor medida, Ecuador, países que optaron por mantener economías más proteccionistas, sostenidas por un fuerte discurso populista.

La Argentina y Venezuela son las economías más endebles, ya que tienen problemas macroeconómicos que se traducen en tasas de inflación de entre 30 y 40% anual. Además, los fuertes controles en el flujo de capitales que se reflejan en verdaderas trabas para el crecimiento, los ponen a la cola en la recepción de inversiones internacionales.

La Argentina, que mantiene parte de su deuda en default, tiene los mercados internacionales completamente cerrados. El gobierno de Cristina Kirchner, fuertemente proteccionista, ha logrado hacer calar en la sociedad el mito del desendeudamiento, que se compensa con una emisión monetaria a tasas de 40% anual y la insólita existencia de varias cotizaciones del dólar, ya que el precio oficial es inaccesible para los argentinos. El Gobierno niega la inflación, a pesar de que productos básicos como la leche han aumentado en pocos meses a tasas de 300% anual.

Venezuela afronta un problema similar, aunque la producción petrolera sigue dotando de dólares al gobierno de Nicolás Maduro.

Brasil es un caso especial, donde el discurso nacionalista también hizo mella en la solidez económica. El gobierno de Dilma Rousseff impuso controles al ingreso de capitales en momentos en que los dólares buscaban la renta de los mercados emergentes. Eso se tradujo en un menor crecimiento, pero fundamentalmente en una caída de la inversión extranjera. La flexibilización de los requisitos adoptada en los últimos meses ya no seduce a los inversores, y Brasil depende de la actividad que generarán el Mundial y los Juegos Olímpicos.

Ecuador, economía dolarizada que tuvo una etapa de firme crecimiento, empieza a revertir su buena senda a partir de las políticas de Rafael Correa, que ha roto acuerdos de aranceles especiales con EEUU que le permitían exportar productos a ese país.

 

Fuente: Infobae

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