El fraude en las empresas supera los 50.000 millones de euros en España El 61% de los casos es cometido por los propios empleados y en uno de cada tres sucesos el defraudador es un directivo

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El volumen del fraude empresarial alcanza los 2,6 billones de euros anuales, el 5% del PIB mundial, y en el caso de España se situaría en 50.000 millones de euros, según explicó el socio del área de Forensic de KPMG en España Ángel Requena en la presentación del estudio sobre Perfiles del defraudador realizado por KPMG. El informe revela que el 61 % de los casos, los defraudadores son empleados de la propia compañía o institución defraudada. Además, en el 29% de los sucesos, el fraude es cometido por un directivo; se trata del cargo más frecuente en la comisión de fraudes. En el 25%, el defraudador ocupa un puesto de gestión.

En España, los sectores donde más fraudes se cometen son los de finanzas, infraestructuras, telecomunicaciones y energía. Y los que sufren más el fraude externo el sector público y el de seguros.

El estudio de la consultora se ha realizado sobre la base de 596 investigaciones entre 2011 y 2013 en 78 países, de las cuales 20 fueron en España. El perfil del defraudador típico es una persona entre 36 y 55 años, que trabaja en el área de finanzas, operaciones o ventas/marketing y que lleva trabajando más de seis años en la empresa. En la mayoría de los casos actúa con un cómplice y el 74 % de los delitos fueron cometidos a lo largo de entre uno y cinco años.

Los delitos más frecuentes son la apropiación indebida de activos, donde la malversación representa el 40 % a nivel mundial, y el fraude en las compras, que supone el 27 %. Por importes defraudados, en el 43 % de los casos en los qu eel defraudador no actuó sólo, el fraide fue superior a 500.000 dólares, en el 18 % estuvo entre 50.000 y 200.000 dólares y en el 16 % de los fraudes analizados a nivel mundial excedió de cinco millones de dólares (unos 3,7 millones de euros).

Motivos

 

¿Por qué defraudan?

De las 1.082 razones expuestas, el 60% tenía que ver con la avaricia, el beneficio económico o las dificultades económicas

«No me pagan lo suficiente» o el afán de venganza contra la empresa fueron argumentos expuestos por parte de los defraudadores. En uno de cada diez incidentes la razón aducida fue la presión para el cumplimiento de objetivos de negocio.

A escaal global, en uno de cada tres fraudes estuvieron presentes elementos de soborno y corrupción. Este porcentaje se eleva al 67% en países de África occidental y al 48% en China, mientras que en Estados Unidos se dio en el 24% de los incidentes.

Requena destacó que una de las novedades de los nuevos fraudes empresariales es la utilización cada vez mayor de la tecnología y el acceso a mucha más información que en las generaciones anteriores. Por ello, estamos ante el inicio «de una nueva era para el fraude y las actividades ilegales», dijo. Según el estudio, el 54% de los casos de fraude se produjo por la debilidad de los controles internos en las compañías. Algo que se pretende mejorar con la reforma del Código Penal, que incluye la responsabilidad penal de las personas jurídicas si no han implementado programas para evitar la comisión de delitos en el caso de las empresas privadas.

 

Fuente: La Voz de Galicia

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