Crecimiento y falta de empleo, dos visiones del país En Paraguay, según los datos publicados por la Dirección General de Estadísticas y Censos, el 8 % del total de posibles trabajadores es el que no cuenta con un puesto laboral.

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Un Paraguay se mira a través de los números, la ciencia, la política, una ventana excel y otra de cristal que resguarda de este lado de la transparencia todo el producto que arroja el acondicionador de aire. El otro país huele a agua que se evapora sobre el asfalto, es el que se suma en alguna libreta tachada una y otra vez para resucitar el crédito, el otro Paraguay es el deseo que sueña con lo que no puede comprar y que se sublima con el lujo que lo acompaña a través de una pantalla chica.

Los unos celebran el éxito del 13,6 % del crecimiento del Producto Interno Bruto, mientras los otros no entienden si el "gol paraguayo" les sirve, si eso es algo real o si la metieron con la mano.

Sin bien se podrían cuestionar los métodos o las intenciones de quienes miden los indicadores económicos, en este caso el Banco Central del Paraguay, entrar en ese campo quizá no sea suficiente para entender la realidad económica y termine solo por arrojar desconfianza entre unos y otros.

 

LA MACRO ECONOMÍA BIEN, Y LA MICRO MAL ¿SERÁ?

Tres de los indicadores centrales de la macroeconomía: crecimiento del PIB, Inflación y Empleo, parecen dar número positivos.

PIB: 13 % ↑

Inflación: 4 %

Empleo: 92 %

Pero no es solo el análisis de la ciencia económica el practicado por personas de carne y hueso, sino que también la vocería, la interpretación, la explicación, el relato y la apología de los hechos económicos se da desde la subjetividad de personas particulares.

 

LO QUE OCULTA LA TASA DE DESEMPLEO

Que el 100 % de la población económicamente activa esté empleada no es una ambición de los estados en este marco económico, sino que la tasa de desempleo se ubique bien por debajo del 10 %, al menos. En Paraguay, según los datos publicados por la Dirección General de Estadísticas y Censos, el 8 % del total de posibles trabajadores es el que no cuenta con un puesto laboral.

Este número no alcanza a ser el ideal de algunos países, en Argentina por ejemplo indicador no alcanza el 7 %, al igual que en EE.UU.

A pasar de este número muy negativo en la tasa de desempleo en Paraguay, el índice de subempleados es de 17,4 %, lo que en números reales es igual 236 mil personas. El "subempleado" se define como aquel trabajador que trabaja menos que 30 horas a la semana y que quiere hacerlo por más tiempo, pero no encuentra cómo ni dónde hacerlo; o, en su defecto, trabaja más de 30 horas pero no gana el mínimo legal.

Entonces, si se suman estos dos indicadores, subempleados y desempleados, la cifra asciende a 25,4 porciento, es decir, 1 de cada 4 paraguayos que pertenece a la población económicamente activa no cuenta con trabajo o es un subempleado.

Entretanto, del total de los que trabaja, 27% no recibe como retribución de su esfuerzo el salario mínimo legal.

Usando como referencia al caso argentino, el vecino país cuenta con 6,8 de desocupación y con 8,7 % de subocupación. En Chile el desempleo es de 5,4 %.

Ese 25,4 % de la población económicamente activa que tiene problemas para obtener un ingreso fijo o que directamente no lo tiene, evidencia la insanía macroeconómica del país.

 

DÓNDE SE CRECE Y CÓMO PERMEA

Parte importante del crecimiento económico recae sobre la labor del sector primario, los agronegocios. donde trabaja menos del 2 % de la población económicamente activa, mientras que cerca del 80% se emplea en rubros terciarios (comercios y servicios). Esto indica que el mundo del agro involucra directamente a un espectro reducido de la población que no percibe en su vida cotidiana el cambio económico.

La condición de desempleo y subempleo más esta distribución en los distintos ámbitos de trabajo son los que explican las continuas quejas del ciudadano común, que puede explicar su micro crisis económica, en su microeconomía.

No sería comprensible del todo encontrar culpables entre quiénes crecen económicamente, sino se debería ver qué hace el estado para que el resto de la población también se acrecente su capacidad económica. El estado debería analizar a costa de qué crecen los agronegocios y si serían compatibles el desarrollo económico de la mayoría con este modo de producción.

Sin embargo, la única política de estado que se puso efectivamente en marcha por parte del gobierno actual fue el no pago de las responsabilidades contraídas por el estado, lo que dio como resultado una crisis de consumo interno.

 

DOS VISIONES Y EL PROBLEMA COMUNICACIONAL

Los grandes números siguen formando parte de la política comunicacional de los gobiernos, que a fuerza de propaganda buscan generar un clima de progreso colectivo que es ajeno a la mayoría.

Dos visiones de país entran en disputa. Los organismos del estado no explican a la ciudadanía lo que realmente sucede en la economía, y terminan reafirmando la sospecha del ciudadano que siente que el estado no es suyo, no habla para él.

 

Fuente: Gestión

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