Estudios especializados son reveladores en cuanto a las cifras negativas que puede provocar un mal jefe dentro de una compañía: 50% menos productividad y 44% menos rentabilidad.

Los malos superiores son capaces de intoxicar el clima laboral de una empresa, de provocar ambientes hostiles, frustraciones, desmotivación, apatía, cansancio y desorganización. Incluso, empleados que trabajan bajo una mala dirección son más propensos a sufrir estrés laboral, angina de pecho y ataques cardiacos de consecuencias fatales, reveló la Universidad de Estocolmo, Suiza.

Pero un mal jefe no sólo es el típico que recurre al maltrato de sus empleados; un mal jefe también puede ser aquel que no tiene idea del negocio en el que se desenvuelve o incluso el que siendo muy benevolente y flexible con sus subordinados, no tiene las habilidades laborales para dirigir a un equipo.

Las fallas más comunes sin embargo, no son como comúnmente se piensa, no tienen que ver con la comisión de algún error, sino con la omisión de decisiones.

En Jobomas te compartimos algunas de las características más frecuentes por las que puedes reconocer a un mal jefe:

- Complejo de superioridad

Nada más molesto que un sabelotodo que tiende a menospreciar a sus subordinados. Además de ‘creer’ que siempre tiene la razón, critica constantemente el trabajo de los empleados con comentarios humillantes o sarcásticos. Como intenta ser siempre el más brillante y el centro de atención, limita el desempeño del resto de los trabajadores y minimiza sus logros.

- No inspira entusiasmo.

Es un típico jefe pasivo, sin energía e incapaz de transmitir a sus subordinados pasión por su trabajo, ni entusiasmo para ser creativos o iniciativa para superarse.

- Infunde miedo.

Las personas que presentan actitudes defensivas son en general, personas inseguras que deben reafirmar su posición a través de la agresión. Este tipo de superior utiliza métodos negativos para impulsar a sus empleados tales como amenazas de despido, humillaciones públicas, descuentos de salario. 

- Desconfianza en el equipo.

Este jefe no confía en las competencias y talentos de su equipo, sobre todo, en sus subordinados más cercanos. Intenta mantener el control de todo y bajo ninguna circunstancia deja que otro tome decisiones.

- Desorganización y confusión

Son insufribles jefes que no saben priorizar ni planificar las tareas y que adicionalmente transmiten sus ideas u órdenes de manera poco clara o suelen cambiar de decisión con frecuencia. También sucede que por su dispersión no tengan presenta las indicaciones que dieron ni los proyectos que están en curso.

- Incompetencia

Se caracteriza por delegar decisiones o tareas en exceso y no hacerse responsable de los resultados. Este jefe cree que al asignarle sus funciones a un subordinado, puede culparlo de los errores que pueda llegar a cometer. Nunca está involucrado con los procesos de la empresa.

En general un mal jefe puede distinguirse por caer en uno de estos siete comportamientos:

- Nulo liderazgo

- Falta de visión-proyección

- Incapacidad para aprender de los errores

- Resistencia al cambio

- Tolerancia ante la mediocridad

- Indisciplina

- Comunicación poco asertiva

Un buen jefe en cambio, se preocupa por conocer a cada miembro de su organización y por escuchar las sugerencias del personal pues está consciente de que hay toda una maquinaria que debe engranar perfectamente para que una empresa sea productiva. Además, es un líder que transmite confianza y que sabe abrir espacios de comunicación para transmitir los objetivos de la compañía e inspirar el crecimiento.

Ten presente que un buen jefe no es aquel que posee muchos conocimientos o habilidades en lo individual sino el que logra explotar las capacidades y talentos de sus subordinados para alcanzar un éxito colectivo.

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