Las 4 claves para un liderazgo auténtico

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Se trata de habilidades blandas que, de no tenerlas, se pueden entrenar y potenciar para impactar mejor a través de la forma de inspirar y motivar a los equipos. Hay cuatro componentes que rescata el liderazgo auténtico, que, si son bien balanceados en las relaciones diarias, llevarán a mejores resultados.

1. Auto conciencia

Esta habilidad se adquiere a partir del autoconocimiento. El liderazgo verdadero se logra conociéndose a sí mismo. No es factible liderar a otros si no existe primero el auto liderazgo. La autoconciencia es la capacidad de ir hacia dentro de cada uno, descubrir los aspectos innatos o adquiridos que son de ayuda para el desarrollo propio y de los demás, y poder reconocer aquellos que necesitan mejorarse. A su vez, se tiene consciencia del impacto y la influencia que se emana desde la persona hacia los demás, y cómo esto impacta y transforma el entorno. 

2. Transparencia relacional

Avanzando en el proceso del liderazgo auténtico, hay una base esencial que parte desde el ser, y luego, a través del hacer concreto, las acciones cotidianas. La forma de ser, los modos y comportamientos, definen el relacionamiento transparente con los demás. Aquí es relevante ser una persona íntegra y coherente entre lo que se piensa, se dice, se hace y se siente. Esta concordancia aumenta la credibilidad en las relaciones con los equipos. Por ejemplo, un líder que esconde aspectos esenciales de su ser, o que teje confabulaciones y conspiraciones, genera desconfianza. En cambio, uno que proyecta la autenticidad asertivamente, es transparente y fomenta vínculos más profundos.

3. Procesamiento balanceado
Para desarrollar este aspecto contribuye el equilibrio de las emociones y el uso de los dos hemisferios del cerebro: izquierdo, más racional, y derecho, más blando. 

Esto lleva a mejorar la expresión y ejercicio del liderazgo auténtico mediante sopesar las distintas alternativas al tomar decisiones, dejar de basarse tanto en los modelos mentales propios para incorporar información valiosa de los demás, y poder lograr consensos respecto a los pasos a dar. 

Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el ámbito de la autorregulación resulta estratégico en esta perspectiva de desarrollo humano aplicada al liderazgo auténtico. 

4. Perspectiva moral
Es muy relevante también la disposición a ser fiel a los principios de la persona que aspira a ejercer el liderazgo auténtico, ya que de esta forma su proceder estará en consonancia con sus valores fundamentales. 

Los estándares respecto a buenas prácticas al liderar permiten reforzar la coherencia que se mencionaba anteriormente, y crear marcos de confianza que tienden puentes con los demás. El líder auténtico integra, apoya, estimula, motiva y se identifica con valores positivos, que permitan co-crear resultados no sólo para la empresa, sino que considera a los empleados como parte fundamental de ese proceso. 

A la par del liderazgo colaborativo, exponencial y consciente, que son otras vertientes que están surgiendo con fuerza en este tiempo, este estilo comparte rasgos con aquellos, y, entre todos, se potencian en la construcción de nuevas formas de encabezar organizaciones y empresas, y proyectarlas con más integridad, cuidado y transparencia: tres pilares de los que adolece el mundo actual, y no sólo en los negocios.

Fuente: entrepreneur.com
Autor: Daniel Colombo

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