Una lenta conexión de internet, una falla en el equipo, un colega difícil, documentos traspapelados y un jefe al que todo le urge suelen ser la receta de una jornada laboral desastrosa.
Todos, absolutamente todos hemos sufrido el estrés, la frustración y la impotencia de un mal día en el trabajo y hemos deseado que el reloj avance mágicamente hasta el momento en que estemos en cama a punto de dormir para olvidarnos de la pesadilla.
Lamentablemente el manejo del tiempo está fuera de nuestro control pero para nuestra fortuna, aún somos capaces de manejar nuestras emociones y enfrentarnos al caos de la manera más inteligente posible.
Antes de que pierdas el control, respira profundo, concéntrate y sigue estos consejos que te compartimos en Jobomas para superar un mal día de trabajo:
#1. Autoestima intacta
Por dura, pesada o adversa que sea la situación no dejes que afecte tu autoestima. Ten presente que las fallas, los accidentes y los malos entendidos pueden originarse en cualquier momento sin que puedas controlarlo. Incluso si cometieras algún error debes recordar que no eres un ser infalible y que es humano equivocarse. Lo importante es que te convenzas a ti mismo de lo valioso que eres y de todas las cualidades que te hacen destacarte en tu trabajo.
#2. Contención del problema
Antes de desesperarte, toma de inmediato el control de la situación y concéntrate en reducir sus efectos negativos. Por el momento no pierdas tiempo en buscar el origen sino en encontrarle solución y evitar que se haga más grande.
#3. Operación fuga
El peor error que puedes cometer es guardarte una emoción negativa e irte con ella a la cama. Busca a tu pareja o a tus amigos y sal a distraerte por un rato, canaliza tu energía en alguna actividad positiva que te ayude a liberar la tensión y a convertirla en una experiencia del pasado de la que ahora puedes reírte o hablar sin resentimiento. Es curioso como al momento de compartir una mala experiencia ésta suele convertirse en alguna situación graciosa.
#4. Actívate y descansa
Sal a correr o haz una visita al gimnasio para liberar toda la tensión acumulada a través del ejercicio. La actividad física no sólo ayuda a deshacerse del estrés sino que equilibra los estados de ánimo. Adicionalmente, el desgaste de la actividad física te ayudará a relajarte y dormir mejor.
#5. Desconéctate
Quizá este es el punto más difícil de la lista. Los humanos somos seres emocionales y no estamos acostumbradas o no sabemos cómo desconectarnos de una actividad para pasar a de inmediato a otra pero sobre todo bajo estas circunstancias es imprescindible saber hacerlo. Lograr la separación entre la vida personal y la vida profesional nos ayuda a distraernos y ser más productivos en cada uno de los niveles. Si estás fuera del trabajo, olvídate de él y preocúpate por tu satisfacción personal.
Pero sobre todo, recordar ante para superar cualquier situación difícil lo mejor es mantener una actitud positiva y actuar con profesionalismo. Como dice la sabiduría popular “la hora más oscura es justo antes del amanecer”.
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