Como Leonardo da Vinci redactó su primer Currículum Vítae

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Antes de ser famoso, antes de pintar a la Mona Lisa y La Última Cena, antes de inventar el helicóptero, y antes de que dibujara la imagen más famosa del hombre, antes de conseguir todo esto, Leonardo da Vinci fue un artífice, un armero, un experto fabricante de cosas que hacen BOOM.


Y como todo desempleado, un día tuvo que sentarse a redactar su Currículum Vítae, para poder conseguir un empleador. Es entonces que en 1482, a sus 30 años de edad, Leonardo redactó la siguiente página con una muy interesante lista de todas sus habilidades. Este CV lo envió a Ludovico il Moro, Duque de Milán.


Este es un screenshot del histórico documento:


Si bien esto ya es de mucha importancia, esperen a ver la traducción al español de lo que Leonardo puso:


A Ludovico Sforza, regente de Milán.

Ilustrísimo Señor mío, después de ver y considerar suficientemente las pruebas de todos aquellos que se llaman maestros y compositores de instrumentos bélicos, y toda vez que la invención y operación con dichos instrumentos no están fuera del uso corriente, me esforzaré , sin menoscabo de otras, en hacerme entender por su excelencia, le abriré mis secretos y me pongo a disposición de su excelencia para llevar a efecto y demostrar cuando lo estime oportuno aquellas cosas que en parte brevemente se anotan a continuación:

  1. Tengo proyectos de puentes ligerísimos y fuertes, que se pueden transportar con mucha facilidad.
  2. Sé cómo hacer el asedio de un terreno para sacar el agua de los fosos y hacer un número infinito de puentes, escaleras de cuerda y otros instrumentos.
  3. Si por la altura del terreno o por la fuerza del lugar y del sitio no se pudiese usar un asedio, sé hacer bombas, conozco maneras de acabar con ciudadelas y fortalezas, aún cuando estén construidas con roca.
  4. Asimismo tengo ideas para hacer cañones comodísimos y muy fáciles de trasladar, con los que tirar piedras pequeñas como una lluvia de granizo.
  5. Y si sucediera algo en el mar, tengo planos de numerosos instrumentos utilísimos para atacar y defenderse, incluyendo barcos que resistirían el fuego de los mayores cañones, polvo y humo.
  6. También conozco modos de llegar sigilosamente a un determinado lugar por cuevas y pasajes secretos, aunque para ello fuera necesario pasar bajo un río.
  7. Puedo construir carros cubiertos (tanques), seguros e inofensivos con los que entrar dentro de las líneas enemigas con artillería, y no habrá compañía de hombres con armas tan grade como para que los carros no la deshagan. Y tras ellos la infantería llegará y los encontrará prácticamente desarmados y sin ninguna oposición.
  8. Del mismo modo, si fuera preciso, haré cañones, morteros y artillería de formas bellísimas y útiles, fuera del uso común.
  9. Donde no sea posible usar cañones, diseñaré diferentes tipos de catapultas y otros instrumentos de inmejorable eficacia muy diferentes de los comúnmente usados, en resumen, dependiendo de lo que las variadas circunstancias dicten, diseñaré infinitos artefactos de ataque y defensa.
  10. En tiempos de paz, creo que puedo darle tanta satisfacción como cualquier otro en arquitectura, con la construcción de edificios públicos y privados, así como en la conducción de agua de un sitio a otro.
  11. Puedo realizar esculturas en mármol, bronce o barro, así como pinturas, y mi trabajo puede compararse al de cualquier otro, quien quiera que sea.
  12. Además, yo podría asumir la obra del caballo de bronce que sería una gloria inmortal y honor eterno de la memoria feliz de su señor padre y de la ilustre casa de los Sforzas.
  13. Y si alguna de las cosas mencionadas le pareciesen a alguien imposibles o no factibles, me declaro dispuesto a hacerle una demostración en su parque o el lugar que prefiera. Vuestra Excelencia, a quien me encomiendo con toda humildad.


Que fantástica pieza de la historia. Y no contiene ningún guiño o huevo de pascua en su texto (como lo tienen sus pinturas), la carta fue escrita con el objetivo de persuadir.


Notaran que Leonardo no menciona ninguna de sus grandes obras y logros realizados. No dice nada al respecto de la pintura para el altar de la Capilla de San Bernardo. No menciona su larga lista de bombas que construyó. No cita a su anterior trabajo en el estudio del artista Andrea di Cione. No, Leonardo no dice nada de esto, porque esos son sus logros artísticos personales, y ninguno constituye una necesidad para el Duque. En lugar de mencionar todo esto, el se autovende a su próximo empleador mencionando exactamente lo que podría hacer para él.


Leonardo da Vinci se ofrece ante el Duque como un ingeniero de guerra y le informa que también sabe pintar.


Ahora imaginen al Duque leyendo todo esto, imaginando esos morteros portátiles y los puentes para vencer al enemigo. Queda claro que leyendo todo esto, el Duque se imaginaría victoria tras victoria en el campo de batalla. Y este es el fin del CV de da Vinci, no enumerar sus grandes logros y su historial, sino venderse a sí mismo como un comercial de cereales de maíz lleno de vitaminas y beneficios, mencionando lo que podría hacer para el Duque.


Es entonces que incluso con una antigüedad de 500 años atrás Leonardo da Vinci aún nos puede dar clases de como buscar trabajo. 


Fuente:  Cenedella.com/ Job Search / leonardo3.net/ aeromental.com

Traducción de DavidAustria

Autor: Daniel Semper



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