10 cosas que debes hacer para fomentar la creatividad en tu empresa

Compartir:
Vivimos de acuerdo con las ideas y el sentido de la vida que experimentamos. Así, nuestro mundo lo configuran las creencias y valores que tenemos. Sin embargo, asumimos erróneamente que sólo unos cuantos son creativos y rehusamos su aprendizaje.

En la medida que experimentamos cambios más rápidos para responder a las demandas y expectativas del mercado, se requieren más ideas y soluciones sobre nuestros productos y servicios, pero también mejoras sustanciales en los procesos fabriles y a lo largo de las cadenas de suministro. Es decir, requerimos incrementar nuestros procesos creativos.

Esto implica revolucionar a toda la organización y adaptar la innovación como sello empresarial. Aunque no existen estrategias ni modelos únicos para impulsar la creatividad en una organización o sociedad, existen algunos principios que siempre se aplican. Este es el decálogo de la creatividad empresarial:

 1.Creer que todos somos creativos. Para que prospere la innovación hay que considerarla un objetivo integral de toda la organización y no una función separada. Así, todas las personas de la empresa tienen experiencias distintas de cómo funciona esa innovación y tienen ideas potencialmente valiosas sobre cómo se puede mejorar.

Cuando se integra a todo el personal en la vida creativa de la organización se mejoran los procesos empresariales y el servicio al cliente.

2. Valoremos la imaginación. Alentar la imaginación es fundamental para cultivar una cultura de la innovación. Una buena parte del trabajo creativo, sobre todo en las primeras fases del proyecto, consiste en dar vueltas a las ideas, formularlas y reformularlas por escrito, improvisar y explorar nuevas posibilidades.

La calidad final de lo que se haga depende de este proceso de entretejido, de establecer relaciones inéditas, de prescindir de convencionalismos y de adoptar perspectivas distintas. Así, una organización creativa es un espacio que da libertad a las personas para asumir riesgos, permite que sus integrantes descubran y desarrollen su propia inteligencia natural y se valora todo lo irreverente, vivo, dinámico, sorprendente y lúdico.

3. Saber que la creatividad se puede aprender.  No solo cuestión de inspiración. Exige destreza, oficio en el control de los materiales y un proceso continuo de evaluación crítica. Son habilidades que se pueden enseñar.

4. Impulsemos el trabajo en equipo. Lo más habitual es que en las organizaciones la creatividad nazca de los equipos, donde existe un flujo de ideas entre personas con experiencia en campos distintos. La segunda función de un buen líder es formar y facilitar equipos dinámicos y creativos.

 5. La diversidad es importante. Los mejores equipos creativos reúnen a personas de muy distintas procedencias: personas que piensan de distinto modo, que pueden ser de diferente edad y sexo, o de origen cultural y experiencia profesional diversos.

6. Creer en la colaboración. El objetivo de la colaboración es aprovechar el estímulo que supone la experiencia y la pericia de cada uno al no negar las aportaciones de otras personas sino construir sobre ellas y hacer que tus compañeros de trabajo siempre queden bien

7. Aportemos tiempo a la creatividad. Las organizaciones creativas saben que el tiempo es un recurso esencial para la innovación. Algunas dan a los empleados un tiempo discrecional para que trabajen con sus ideas.

8. Seamos flexibles. No existe una estrategia exclusiva para desarrollar una cultura de la innovación. El reto interior es promover estructuras y procesos que sean flexibles y receptivos.

9. Logremos equilibrar nuestros procesos. Ser creativo no equivale a caos y riesgos. La creatividad en cualquier ámbito es un equilibrio entre la libertad y el control. En todos los casos, la innovación implica calcular los riesgos y la tolerancia de estos por parte de la organización.

10. La apariencia cuenta. El entorno físico es la personificación decisiva de la cultura de la organización. El tamaño y la forma del lugar de trabajo, la configuración del mobiliario y el equipamiento, la calidad de la luz, las telas y los colores, crean ambientes que pueden estimular o frenar la creatividad.

La organización no son las instalaciones físicas en que opera, sino las redes de personas que hay en ella.

Fuente: entrepreneur.com
Autor: Mariana Morán

Compartir


También te puede interesar