Los 'ninis' están creciendo en México Un informe de la OCDE arroja que México tiene el tercer porcentaje (24%) más alto de jóvenes que ni estudian

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Javi, Bárbara y Charlie aparecen en escena. Ninguno de los tres trabaja y estudia pero sí viven con los lujos que su padre les da sin chistar. Ninguno sabe lo que es ganarse la vida y creen que todo lo pueden obtener con un tronido de dedos. Es ésta la historia de Nosotros los Nobles, una película mexicana que recientemente ha batido récords en audiencia. Sin embargo su ficción traspasa a la realidad ya que demuestra el caso de miles de ‘ninis’ que en ellos se ven reflejados.

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Las cifras son claras. El informe Panorama de la Educación 2013, realizado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) arroja que México tiene el tercer porcentaje (24%) más alto de jóvenes que ni estudian ni trabajan.

El estudio, que tomó en cuenta a los 34 países de la OCDE, aclara que la nación mexicana es sólo superada por Turquía e Israel.

La OCDE y otros organismos han mostrado preocupación por este fenómeno, que según indica el Informe, va en crecimiento.

Ser “nini” implica perderse de oportunidades, no desarrollar las capacidades individuales y no tener un desarrollo óptimo para el alcance de metas, han coincidido diversos estudiosos.

“Creen que con un par de clicks van a lograr lo que quieren. Puertas adentro lo que hacen o dejan de hacer los padres es fundamental para que los chicos puedan tener este pasaje de la adolescencia a la adultez. Les cuesta trabajo despegarse del ala protectora de los padres y los padres tienen un afán por proteger a sus hijos del mundo hostil”, dijo a UnivisionNoticias.com, Alejandro Shujman, autor del libro La generación NINI, jóvenes sin proyecto, que ni estudian ni trabajan.

Este episodio juvenil no sólo trae consecuencias a nivel personal sino que los países también se ven afectados por esta actitud: significa una pérdida de recursos económicos y humanos necesarios para construir una dinámica económica mucho más beneficiosa, dijo Gabriela Ramos, directora del Gabinete de la OCDE.

Por las calles de la Ciudad de México no es difícil encontrar jóvenes tirados a tomar el sol en jardines, cines que asilan a estudiantes en horario escolar y chicos cibernautas adictos a su computadora.

“Influye el contexto mundial, la macroeconomía, la cultura de la inmediatez y la tecnología pero son los padres los que más influyen, puertas adentro”, explicó Schujman.

Según el Informe de la OCDE, el fenómeno de los “ninis” tiene una explicación de género, pues la mayor proporción son mujeres (37.8% de las jóvenes de 15 a 29 años), lo que es tres veces mayor que el porcentaje para los hombres en ese rango de edad (11%).

¿Hacia dónde van?

El rezago educativo es considerado factor influyente en este fenómeno social. La OCDE señala que sólo el 36% de la población ha recibido educación media superar en México, lo que aumenta el riesgo de desvinculación, tanto de la educación como del mercado laboral entre los jóvenes.

“A estos factores se le suma una falta de propuestas de generación de empleos. Los empleos que hay son muy precarios. Los jóvenes tienen un montón de universos mundiales pero sólo pueden construir un mundo real y esta ficción es alimentada por la publicidad, por la cuestión mediática de la cultura de que todo es fácil y no es necesario hacer los grandes esfuerzos”, agregó el experto en “ninis”.

A diferencia de otros países de la OCDE, el porcentaje de personas que no estudia ni trabaja en México se ha mantenido relativamente estable durante más de una década.

En e 2000 registró un 24.6% y esta cifra aumentó a 24.9% en 2005, para bajar a 24.7% en el 2011.

“Los padres tienen poco tiempo para acompañar a sus hijos y los llenan de aparatos en vez de tiempo. Todo esto tiene que ver con la analogía entre la patología adictiva y la compulsión, la ansiedad urgente de conseguir lo que se necesita, la intolerancia y la incapacidad. Los ‘ninis’ viven en base a estos parámetros", dijo Schujman.

El caso de Javi, Bárbara y Charlie tuvo un final feliz: aprendieron la lección y sobre todo a trabajar. Se hicieron económicamente activos e invirtieron su tiempo en actividades productivas pero es éste sólo el desenlace de una película.

En la vida real “los padres deben de animarse a que sus hijos corran riesgos, a que crezcan y los jóvenes deben cuestionarse su posición y salir de la apatía motivacional, de esta falta de interés”, finalizó Schujman.

 

Fuente: Univisión

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