Dudas empresarias en Brasil sobre la conveniencia del Mercosur "Si la Alianza avanza para volverse un área de libre comercio, el Mercosur patina", aseguran

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La cancelación de las concesiones de líneas férreas argentinas a la brasileña América Latina Logística (ALL), que se suma a la suspensión del megaproyecto de la minera Vale en Mendoza y a la intención de Petrobras de vender sus activos en la Argentina, ha llevado a aumentar la decepción de Brasil con su principal socio del Mercosur. Y cada vez son más las voces que aquí se preguntan por la conveniencia de mantenerse o no dentro del bloque comercial.

El desánimo se hizo más patente la semana pasada, durante la cumbre que celebró en Cali la flamante Alianza del Pacífico, creada en junio del año pasado e integrada por México, Colombia, Perú y Chile. Con apenas un año de vida, la Alianza decidió la exención total de tarifas para el 90% de los productos comercializados entre sí, medida que entrará en vigor el próximo mes en medio de grandes expectativas.

"Si la Alianza avanza para volverse un área de libre comercio, el Mercosur patina, tullido por el lastre de problemas económicos de sus dos protagonistas (Brasil y la Argentina), además del caos venezolano", señaló esta semana el diario Folha de São Paulo en un editorial titulado "Tigres latinos", en el que acusaba al gobierno de Dilma Rousseff de falta de visión estratégica y de barreras ideológicas al concepto de libre comercio.

"El Ministerio de Relaciones Exteriores precisa analizar con seriedad la conversión del Mercosur de una unión aduanera en un área de libre comercio, como ya lo fue. La integración económica continúa, pero con el fin de la tarifa externa única -como si el Mercosur fuese un único país, lo que ya no es- cada miembro tiene la libertad de negociar acuerdos bilaterales con quien quiera. Sin vetos. La Argentina y Venezuela, refractarios al libre comercio, pueden practicar el retroceso que deseen. Se mantiene la relativa cohesión geopolítica en el Cono Sur y Brasil queda en condiciones de rever su política de inserción en las cadenas productivas globales, algo urgente para el sector industrial", apuntó por su parte el diario carioca O Globo en otro editorial.

Por su parte, los empresarios brasileños están cada vez más cansados de las trabas comerciales argentinas. Tanto la poderosa Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp) como la Confederación Nacional de la Industria (CNI) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) han pedido al gobierno de Dilma Rousseff cambios en su política comercial centrada en el Mercosur.

"Necesitamos librarnos de esa camisa de fuerza, pues no vamos a concluir ningún acuerdo teniendo a la Argentina y a Venezuela como socios", se quejó días atrás al diario O Estado de São Paulo Roberto Giannetti da Fonseca, jefe del departamento de relaciones internacionales y comercio exterior de la Fiesp, que prepara un proyecto para reformar el bloque comercial nacido en 1991.

Con idéntico fin, el Instituto de Estudios para el Desarrollo Industrial (IEDI) presentará a la presidenta Rousseff un informe con recomendaciones para diseñar una política comercial más abierta. Ambas iniciativas prevén un acuerdo paraguas para el Mercosur.

 

Fuente: La Nación

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