Comercio, el negocio de la soya atrae a cuatro gigantes Las firmas multinacionales ADM, Cargill, Bunge y Louis Dreyfus Commodities aterrizan en Bolivia

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La soya boliviana juega en las grandes ligas. Las cuatro firmas ‘ABCD’ que dominan el mercado agrícola global -Archer Daniel Midlands Co (ADM), Bunge, Cargill y Louis Dreyfus- llegaron para quedarse. Esta última está a punto de instalarse, pues su interés de ingresar al país es desde hace un lustro. Juntas mueven cientos de millones de dólares, están presentes en más de 100 países y sus propietarios están en la lista de los multimillonarios de Forbes.

Las estadounidenses Cargill y ADM están presentes desde hace más de 15 años en Bolivia y a estas se sumó el año pasado su coterránea Bunge. Estas multinacionales, junto a las industrias nacionales, han abierto mercados altamente competitivos para el ‘grano de oro’.

“Como compañía siempre miramos el mercado global y en ese sentido en Bolivia hemos estado muy activos para proveer productos al mercado andino y europeo”, manifestó Bernardino Cañiza, controller de Granos y Aceites de Cargill Bolivia.

Oswaldo Barriga, gerente general de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex), afirmó que la globalización de los mercados está apuntando a que el país ya no se fije en los mismos cuatro mercados.

En Alemania, Francia, España, Suecia y Dinamarca son compradores de productos de alto valor agregado, además de Indonesia. “Se han hecho pruebas de exportación a China y a Japón, incluso de productos con valor agregado”, agregó Barriga.

Entre todas las compañías internacionales, incluyendo a IASA y Gravetal Bolivia, mueven el 60% de las exportaciones totales de las oleaginosas del país.

 

Ventajas gigantes

El ejecutivo indicó que los estándares que practican estas multinacionales han contagiado a la industria nacional para poder aplicarlas a escala mundial, como es la gestión de mercadotecnia y la gestión del cliente.

Barriga señaló que estas firmas han traído a Bolivia transferencia de tecnología y mejora de capacidades.

Gary Rodríguez, gerente general del IBCE, dijo que el hecho de que las cuatro mayores compañías mundiales del agronegocio hayan decidido tener presencia en Bolivia resulta muy positivo, por los múltiples beneficios que ello podrá reportar al país.

Asegura que, sin duda, su presencia significará una mayor inversión extranjera en el sector agroproductivo que se caracteriza por su gran efecto multiplicador en cuanto a generación de empleo e impuestos.

Su presencia en Santa Cruz podría interpretarse también como un inusitado espaldarazo al modelo productivo cruceño, aguardándose que la experiencia de tan prestigiosas compañías ayude a mejorarlo. Finalmente, que ADM, Bunge, Cargill y Dreyfus estén acá es bueno para la ‘imagen-país’, pues con su decisión prestigian a Bolivia, agregó Rodríguez.

 

Dreyfus, la última

En los últimos meses se hicieron más seguidos los viajes de Alberto Ospital, gerente comercial de Louis Dreyfus Commodities en Bolivia. “Nos encontramos en una etapa inicial”, explicó el ejecutivo cuando fue consultado.

Desde Buenos Aires, Luis Zubizarreta, gerente general de Relaciones Internacionales de Louis Dreyfus Commodities, reconoce que la presencia de los otros tres competidores influyó de alguna manera en su ingreso al país.

Explicó que la idea es abrir la oficina en Santa Cruz para vender soya y otros granos, pero luego ingresarán con su división de fertilizantes y agroquímicos.

Afirmó que su rol es ayudar a que el producto boliviano sea conocido en el mundo y desarrollar logística barata de salida de las exportaciones, porque tienen barcazas trabajando con producto paraguayo, aunque no dio cifras de inversión.

Barriga indicó que esta empresa está haciendo la prospección del mercado boliviano, pues está muy interesada en invertir, inicialmente, con gestión de traiding. Además, se tiene información de que están buscando una oficina para desarrollar sus operaciones en Santa Cruz de la Sierra, de preferencia en Equipetrol.

Hace seis años, Dreyfus estaba interesado en invertir en Bolivia en biocombustibles, pero la normativa los ahuyentó. Ahora su ingreso es inminente.

En los casos de ADM y Bunge, indicaron que prefieren no conversar con los medios de información y mantener sus operaciones ‘en bajo perfil’

Consultado sobre el efecto de las multinacionales en el sector, Demetrio Pérez, presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo, precisó que permitirá mejorar los precios que se pagan a los agricultores porque habrá más competidores

 

Multinacionales

ADM-SAO

El gigante agrocomercial Archer Daniels Midland (ADM) inició sus operaciones en Bolivia en 1998 comprando el 50% de las acciones de la aceitera SAO. Este grupo tiene su central en Illinois (EEUU) y se dedica más al ‘trading’ de torta, harina y aceite de soya. Sus ingresos en 2012 fueron $us 89.000 millones.

 

BUNGE

La firma opera en Bolivia desde hace un año. Ya ha realizado un par de exportaciones de soya, aún a baja escala. Su intención es tener un crecimiento sostenido. Bunge tiene su sede en Nueva York y opera en Norteamérica, Sudamérica, África, Asia, Europa y Oceanía. Su firma de fertilizantes vale $us 3.800 millones. Sus ingresos en 2012 fueron $us 58.700 millones.

 

CARGILL

Es un comercializador de alimentos, productos y servicios financieros e industriales agrícolas. En Bolivia cuenta con un silo propio de 27.000 toneladas, pero también opera de forma indirecta a través de servicios de silos de terceros en 12 localidades. Sus ingresos el año pasado alcanzaron los $us 116.000 millones. Es la firma número 13 en la lista Fortune 500

 

DREYFUS

El grupo francés Louis Dreyfus, con 160 años de experiencia, es uno de los principales comercializadores agrícolas del mundo. Está presente en 53 países y en Bolivia quieren trabajar con metales y extender su negocio a la soya. Tiene $us 7.200 millones en activos y sus ingresos sumaron $us 60.000 millones en 2012

 

Habrá un impacto en el productor primario

Eduardo Wills / Economista Agrícola

 

ADM, Bunge, Cargill y Dreyfus son gigantes en el agronegocio mundial y seguro habrá un impacto en el productor primario porque deberá adecuarse a las exigencias de calidad día a día. Asimismo, esto demuestra el gran potencial agropecuario que tiene Santa Cruz, y estamos creciendo pero se requiere mayor productividad e inversión en investigación. Otro de los aspectos positivos es que se trata de multinacionales que cuentan con todo el sistema de logística, seguridad y sanidad, entonces van a aportar en el desarrollo de todos los eslabones de la cadena agropecuaria. Además, son compañías de mucha tradición que llevan cientos de años de operaciones y que se rigen a las condiciones del mercado internacional

Se abren 12 nuevos destinos para la oleaginosa boliviana

Alternativa. La Embajada de Indonesia se reunió con Anapo, le interesa la compra directa del grano

El ingreso de grandes multinacionales al negocio de la soya boliviana ha permitido irrumpir en nuevos mercados considerados ‘no tradicionales’para el producto. Así, en las estadísticas que maneja el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) se evidencia que el producto se vende a 12 países que se incorporaron entre 2012 y 2013, además de la Comunidad Andina.

Uno de los destinos que llama la atención es Indonesia. Irwan Hutapea, de la sección comercial y de economía de la Embajada de Indonesia en Perú, explicó que están muy interesados en comprar soya desde Bolivia mientras los precios sean competitivos.

Afirmó que en mayo estuvieron en Santa Cruz y se reunieron con los productores para ver la posibilidad de compra directa.

Hutapea señaló que Anapo les explicó que la principal dificultad está en organizar la logística (carretero, ferroviario, fluvial) para que pueda salir un volumen importante de grano y conseguir espacios en puertos de salida.

Indonesia es un país con 240 millones habitantes donde su comida tradicional se llama tempe y fufo que se hacen en base a soya. En 2012 empezaron a importar soya desde Bolivia, unas 220 toneladas. “Es muy poco pero ya estamos empezando y espero que este año se duplique la exportación”, indicó.

Al respecto, José Luis Landívar, presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, aseveró que existen las oportunidades, pero el inconveniente se da por los problemas logísticos a la hora de exportar.

“Nuestro éxito productivo se está convirtiendo en una situación problemática que, de no encararse adecuadamente a muy corto plazo, podría convertirse en una pesadilla para los productores agrícolas, principalmente para los más pequeños”, puntualizó.

Landívar se refirió al tema debido a que se estima una cosecha récord de la soya de verano por cerca de 2 millones de toneladas, fruto del buen rendimiento y la ampliación de la frontera agrícola a cerca de 900.000 hectáreas y frente a la campaña de invierno que podría aportar más de 2 millones de toneladas adicionales. Bolivia se enfrenta a la grave amenaza de un colapso logístico.

 

Fuente: El deber 

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