¿Quieres empleo? ¡Primero averigua el terreno que estás pisando! El mercado laboral se ha tornado una agresiva aldea en la que sobreviven los profesionales que logran reinventarse y se olvidan de la dependencia.

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De nada sirve emprender una búsqueda de empleo si no estamos conscientes de la situación del actual mercado laboral y nos preparamos para enfrentarlo conforme a esta realidad.

Aquel añejo modelo en que una empresa nos contrataba por nuestro título profesional y podíamos permanecer por años en el mismo puesto, realizando las mismas funciones y gozando de aumentos de sueldo regulares, quedó atrás.

El mundo del trabajo se ha tornado en una agresiva aldea donde todos compiten por sobrevivir. Las empresas se enfrentan en el día a día al reto de recortar presupuestos y explotar al máximo hasta el último centavo para hacer más con menos.

La dependencia de ‘papá’ empresa, se acabó, ya no es posible en nuestros tiempos. La época de los empleados dependientes no existe más y en su lugar, se abre paso la era de los profesionales.

¿De qué se trata? De re-inventar nuestro puesto de trabajo por los próximos años y comprender que dejamos de ser trabajadores dependientes y rutinarios para convertirnos en empresas personales de servicios que se adaptan a las necesidades de sus clientes, las compañías.

La dinámica del mundo nos obliga a dar pasos acelerados para replantear nuestras carreras y ajustarnos. No somos más seres lineales y estáticos, ya no se nos permite.

 

Anticiparnos al futuro

Nuestra permanencia en el mercado laboral sólo tendrá éxito nos concebimos a nosotros mismos como nuestra propia empresa y hacemos la labor de posicionamiento de nuestra Marca Personal; es decir, si trabajamos en el autoconocimiento y destacamos nuestros valores profesionales (habilidades, competencias, conocimientos, debilidades), si los hacemos deseables para una organización y si los vamos dirigiendo hacia nuestros objetivos.

En ese sentido hay que entender también que la tecnología y los grandes alcances de la comunicación han extendido el conocimiento hasta todos los rincones posibles del planeta. La cuestión ahora es saber seleccionar sólo aquellos que debemos aprender y nos serán útiles y la manera en que vamos a invertirlos para hacerlos redituables.

La rigidez también es cosa del pasado y no sólo eso, el futuro nos llevará poco a poco a modificar el concepto de empleo tal como hoy lo conocemos para aterrizar en un nuevo escenario donde los puestos de trabajo fijo sean remplazados por proyectos.

 

Un tablero de ajedrez

Las organizaciones buscan profesionales apasionados, prácticos, con iniciativa y compromiso pero también flexibles, estrategas y creativos. La mayor inversión de una compañía es la que le garantiza que su fuerza laboral puede crear nuevas cosas, generar nuevos conceptos y puede encontrar nuevas soluciones a los problemas de la vida cotidiana.

La lealtad hacia las empresas va siendo cosa del pasado y ellas lo saben. Tienen presente (aunque muchas se resisten) que si quieren sobrevivir a esta nueva era deben olvidarse de las viejas prácticas de sometimiento y proporcionar a sus empleados todas las herramientas posibles para que ellos exploten al máximo su talento.

En las compañías de vanguardia los trabajadores ya no son esclavos alineados a una cadena de producción sino ‘agentes activos’ de la misma. La organización que quiera sobrevivir, sabrá reconocer que el mercado laboral es un tablero de ajedrez: cada pieza tiene una función diferente y un valor único.

 

El factor humano

Las máquinas y los procesos de automatización se han inventado para satisfacer las enormes demandas globales del mercado pero absolutamente nada puede reemplazar el factor humano.

Somos los humanos quienes podemos aportar ese valor de confianza y de seguridad en nuestras relaciones de trabajo y por ello es que debemos poner especial empeño en la construcción de nuestra Marca Personal y en su difusión entre nuestros clientes (empleadores) potenciales.

Asumirnos como empresas unipersonales, es el inicio para una efectiva búsqueda de empleo y para nuestra inserción en la posición correcta del mercado. Hay que descubrir nuestros talentos, nuestras funciones, gritarlos al mundo y venderlos al mejor postor. Tal y como si fuera el nacimiento de un producto.

1. Entender nuestro contexto y tener bien definido el nicho en el que nos desempeñamos.

2. Hacer un análisis profundo de nosotros mismos como profesionales (fortalezas, debilidades, competencias, logros, trayectoria).

3. Destacar de nuestras fortalezas aquellas que pueden posicionarnos como un producto deseable: Rapidez, Confiabilidad, Autenticidad, Calidad, Ética.

4. Explorar nuestros canales de comunicación y difundir: redes sociales, blogs, redes de contactos.

Estamos en la era de la supervivencia, de la oferta y la demanda. Obtener un empleo es signo de que hemos madurado y nos hemos convertido en el profesional que comprende y puede resolver las demandas de las empresas.

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