Hoy en día,  los títulos profesionales ya no bastan para obtener un empleo, los reclutadores buscan determinadas habilidades, competencias y características en un profesional que les garanticen los mejores resultados en su empresa.

Si estás desempleado o en busca de nuevas oportunidades laborales, haz un ejercicio de autoanálisis para saber qué buscas, qué tienes para ofrecer, en dónde, por qué y hasta dónde puedes llegar.

Enseguida te damos algunos ejemplos de perfiles profesionales, reconócete y utiliza tu talento para encontrar el mejor empleo.

Líder: Les encanta asumir responsabilidades y son arriesgados por naturaleza. Son bastante tolerantes al trabajo bajo presión aunque también suelen generarla. Acción es el concepto que los define y pueden laborar largas jornadas incluso si están enfermos porque lo primero para ellos es el trabajo.

Perseverante: El reconocimiento a su labor es lo más importante para ellos por lo que son trabajadores constantes aunque rara vez concretan proyectos. Tienen una alta escala de valores que respetan y defienden a capa y espada por lo que son poco tolerantes a los cuestionamientos de sus métodos laborales.

Metódico: Estos empleados son partidarios de la organización, la estructura y el orden y son poco tolerantes a los cuestionamientos de tipo personal. Tienen una enorme capacidad para relacionar conceptos y un espíritu de excelencia a toda prueba que sin embargo, puede convertirse en un problema pues quieren controlarlo todo y les cuesta trabajo delegar responsabilidades.

Empático: Son trabajadores emocionales que buscan reconocimiento como personas y no tanto como empleados. Tienen un fuerte espíritu de servicio y gran capacidad para adaptarse a grupos; siempre buscan complacer a los demás. Su esfuerzo constante por cumplir expectativas frecuentemente les provoca estrés laboral y por ello son recurrentes víctimas de las enfermedades. También pueden bloquearse fácilmente y cometer errores con frecuencia en su afán de cumplir con todo, especialmente si su empresa no reconoce su trabajo.

Soñador: Son enemigos de la competencia y les cuesta trabajo concretar proyectos sobre todo si se encuentran bajo presión sin embargo, siempre están en busca de las condiciones ‘ideales’ para todo tipo de trabajo. Generalmente son tranquilos y poco proactivos, se requiere de darles instrucciones muy exactas de su labor.

Rebelde: Son empleados que buscan la atención de colegas y superiores con poca tolerancia a las restricciones de horario y a otras reglas laborales así como al trabajo en grupo. En general son personas creativas y de ideas rápidas y funcionales, sin embargo, suelen reaccionar de forma pasiva agresiva a los trabajos bajo presión. Por lo regular, es gente que trabaja de manera independiente.

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