7 reglas de oficina que nos enloquecen a todos Hay algunas políticas absurdas, como restringir el internet o códigos severos de vestimenta, que solo dañan la moral.

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Todo el mundo sabe y acepta que las empresas necesitan tener reglas para operar bien. La clave está en no tener normas intransigentes y flojas que sean intentos pobres de mantener el orden.

Es en estas circunstancias donde muchas empresas se equivocan.

Cuando las compañías crean reglas ridículas y desmoralizantes para todos cuando tratan de frenar el comportamiento de algunos empleados, demuestran que no saben manejar al personal.  Empeoran la situación.

Las peores reglas que empresas pueden llegar a implantar:

1. Restringir el uso del internet
Hay ciertos sitios que nadie debería visitar cuando se está trabajando, y no estoy hablando de Facebook. Pero una vez que se bloquea la pornografía y otras páginas obviamente inadecuadas, es difícil determinar cuánta libertad es necesaria.

Muchas compañías restringen demasiado.

Las personas deberían ser capaces de pasar un par de minutos en la red en momentos de descanso. Cuando las empresas limitan la actividad online de las personas, no solo afecta a los estatus en Facebook, daña de una manera real la capacidad de las personas para realizar su trabajo.  ¿Un ejemplo muy obvio? Poder revisar el perfil de Facebook de alguien a quien acabas de entrevistar.

2. Horarios estrictos
Las personas ganan un salario por el trabajo que realizan, no por el tiempo que pasan en la oficina. Cuando regañas a tus empleados por llegar cinco minutos tarde cuando suelen quedarse después de la hora de salida y sacrifican tiempo durante sus fines de semana, les mandas el mensaje de que los horarios son más importantes que su desempeño. Suena a desconfianza y como emprendedor, jamás deberías contratar a alguien en quien no confíes.

3. Políticas draconianas de correos electrónicos 
Esta regla es relativamente nueva y ya es infame. Algunas compañías están restringiendo a sus empleados de tal manera que tienen que elegir en una lista pre aprobada de tópicos de email.

4. Limitar los baños
Esta es una de las reglas más absurdas y dañinas. Cuando coartas las libertades personales básicas de tus empleados, éstos empiezan a mandar currículums. El día que necesites llevar una nota del doctor diciendo que debes poder ir al baño cuanto sea necesario, es el día en que necesitas otro trabajo.

5. “Hacer campana”

Algunos individuos se destacan en algunas áreas y otros sobresalen en aspectos diferentes. Cuando se obliga a los empleados a entrar en un ranking determinado que mida su desempeño se logram tres cosas:

1) evalúas de forma incorrecta el desempeño de la gente, 2) haces que todos se sientan como solo un número y 3) creas inseguridad porque haces sentir a todos que serán despedidos si no alcanzan las métricas. Es una política de flojos porque te evita el esfuerzo de desarrollar un buen sistema de evaluación de objetivos.

6. Prohibir teléfonos celulares
Muchos jefes creen que si limitan el uso de smartphones en la oficina, nadie “perderá el tiempo” con mensajes o llamadas. Las organizaciones deben realizar la difícil tarea de contratar a personas que sean responsables y managers que sean capaces de manejar de manera efectiva cuando un trabajador se aprovecha demasiado de estas libertades. Las reacciones fáciles para controlar a las personas desmoralizan al empleado que debe estar al pendiente de su familia por una emergencia y no mejora su desempeño.

7. Contener la libre expresión 
Muchas organizaciones delimitan lo que las personas pueden tener en su escritorio. Entiendo, no vas a permitir que pongan un póster de Enrique Iglesias sin camisa, pero ¿determinar cuántas fotos de sus seres queridos pueden poner o si pueden dejar vasos con agua sobre la mesa? ¡Es una locura! Los empleados no son robots.

Lo mismo va para el código de vestimenta. Funcionan para los colegios privados, pero son innecesarios en el trabajo si contratas personas realmente profesionales. Cuando alguien “ se pase de la raya” deberá ser cuestionado por su director de manera directa. De lo contrario, solo lograrás que tu equipo empiece a desear trabajar en otro lugar.

 

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Fuente: Travis Bradberry

 

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